viernes, 2 de septiembre de 2011

Me apetece llorar, y hacerlo de felicidad. Esto no es uno de esos textos donde filosofeo, me amargo, es un texto que necesito escribir, simple y llanamente para decir que me encuentro completa.
Estoy llena hasta decir basta, creo que en este instante no me falta nada, todo es como debería haber sido desde hace mucho.
Puedo decir que el camino ha valido la pena, a pesar de saltar mi muro de Berlín particular, de arrastrarme entre zanjas de guerra, de soportar cuchillo tras cuchillo clavados en mi espalda. Si, vale, sólo es una parte del camino, aún me queda mucho pero mucho camino que recorrer, pero en este instante el camino se ha allanado y no se hace difícil de caminar.
Sólo resta por decir gracias, a ti, cosa, a ellos, por simplemente ser como son, y a vosotros tres, por ser y estar siempre.
(Y aunque me encuentre piedras en lo llano del camino, serán pequeñas, y las apartaré con una patada, convirtiéndolas en polvo del pasado...)
"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."
Pero son feliz e con iso chégame!

Y digamos que así "filosofeo" yo: ¿Perfección?

Pensando mientras no tenía otra cosa que hacer, mis ojos se cerraban, pero mi mente los despertaba con sus  dichosos rompe(o come)cabezas.
¿Que en qué pensaba? La verdad, en unas cuantas cosas, y ni siquiera sé si realmente pensaba o intentaba nadar entre la ropa de mi lavadora.
A mi cabeza vino la palabra perfección, ¿conclusiones? Ninguna en concreto, y demasiadas en general. No, no existe, nunca lo hizo y nunca lo hará.
Aunque antes de todo la pregunta sería qué es realmente la perfección. Digamos que una definición así rápida podría ser: un conjunto de hechos o cosas que tienen una calidad inigualable, incomparable, sin defecto alguno.
¿Podrían las personas llegar a alcanzarla? Veo muy imposible que algo así suceda, somos humanos, cometemos errores, y si no lo hacemos es que algo va mal. Yo busqué a una persona perfecta, hasta debajo de las piedras, una vez creí haberla encontrado, pero resulto ser más defectuosa que majestuosamente perfecta.
Aún así, me alegro de no haberlo hecho. No sería capaz de imaginarme un mundo perfectamente perfecto, todo igual, sin una diferencia de carácter, sin diversidad... Sólo de pensarlo me recorre la espalda un escalofrío... No seríamos nada sin nuestros errores, sin nuestros defectos que nos hacen diferentes a los demás.
El mundo entero se emperra en intentar alcanzarla,  para eso está el modelo de la perfección: ser alto, guapo, delgado, ser rico, ligar, vivir mucho y morir siendo recordado.
Como suelo decir: No me gusta lo perfecto, para mí no existe, si no, todo sería demasiado monótono y aburrido, y a mí me gustan las emociones fuertes.

Dime, ¿y tú, de verdad crees que exista?

"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."