lunes, 13 de agosto de 2012

I was walking with the ghost

A veces cuando escribo me doy cuenta que lo hago por intentar seguir una rutina, como cuando pienso, siempre acabo pensando en lo mismo.
Y lo hago por no echar de menos algo que pueda que nunca reviva. Pero al fin y al cabo siempre acabo pensando en ti, aunque aún no tenga claro quién eres.
Simplemente echo de menos un beso intenso y una caricia que me ponga la piel de gallina y haga que mi estómago se encoja una vez más. También puede que eche de menos esa sensación cuando la adrenalina aumenta, el bombeo en mis venas se acelera y mis labios se alían con mis manos mientras toco un cuerpo descontrolado.
Cierro los ojos y solo aparece tu dichosa imagen en mis párpados, acelerando mi respiración y mareándome, sumergiéndome en una lista de canciones odiosas y melancólicas.
Escucho un violín de fondo mientras mi garganta intenta pronunciar una serie de fonemas que aún intento descifrar. Un piano le acompaña intentando clamar mi ansiedad, pero una guitarra me despierta tocando una serie de notas inconclusas y distorsionadas.
Y tus manos parecen volver a acariciarme, como yo quisiera acariciarte cerrándote los ojos con mis palabras. Mientras, el Sol nos dice adiós entre nubes de tormenta.
"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."