jueves, 24 de noviembre de 2011

Secreto en la Oscuridad 3

Las palabras escritas se sucedieron día tras día, durante una semana, entre dos ordenadores.
Un día, harta de todo, Xiana decidió quedar con Alley de nuevo, necesitaba ver esa sonrisa de nuevo. Por una vez en su vida quiso ser ella misma...



Xiana no paraba de mirar nerviosa la puerta, mientras, los niños patinaban en la pista, esa semana le había tocado trabajar de monitora. Tras menos de quince minutos, y desesperada, salió a la puerta a fumar, lo necesitaba. Allí se encontró con ellos, Kurt, Paul y Bruce, los había conocido aquella fantástica noche, y esos eran sus motes. Estaban esperando por Alley, iban a ir a su bajo a "viciarse un poquillo".

De repente una pequeña sombra apareció a su lado, era Alley. Tímida, la saludó con una sonrisa, le pareció que Alley había guiñado el ojo derecho, tapado por su negro flequillo. Una sensación extraña invadió el cuerpo de Xiana, más que extraña era nueva, y más que invadir su cuerpo, se concentró en su pecho y su estómago. Era una de las sensaciones más placenteras y completas de las que había experimentado hasta ese mismo instante, durante su corta vida.Alley les dio las llaves y los tres se marcharon entre risas mientras Xiana y Alley entraban en la pista de patinaje, donde Xiana se disculpó por cinco minutos, tenía que ayudar a su compañero con los niños. 

Alley la siguió con la mirada, si hubieras visto su embobada cara... La observaba como si se tratara de algo fantástico, irreal y maravillosamente especial. Xiana se dió cuenta, se acercó y besó su suave mejilla, haciendo que su cara adquiriera un color rosa bastante gracioso.

Tras quince minutos, que se les hicieron eternos, salieron y se dirigieron al bajo. Estaban todos: Kurt, Paul, Bruce, Moon, Lay, Justin, Rob . Se respiraba algo especial en el ambiente, una sensación de relajación se apoderó del cuerpo de Xiana tan pronto como empezó a hablar con ellos. Parecía que llevaban toda la vida juntos, las risas se dieron continuidad una tras otra, semejaban estar completamente alelados por el aire. Y Xiana, tras mucho tiempo, o simplemente por primera vez en su vida se sintió completa, y más aún cuando sintió un cálido abrazo y un beso en la nuca.