jueves, 23 de agosto de 2012

Refugio del dolor.

Voy a cambiar de nombre y de razón, voy a intentar decirte adiós, más que "te quiero". Voy a llorar con canciones y libros, pero no por nadie.
Estoy harta de ser agua, nube, lluvia o vapor, de cambiar cada vez que lo que me rodea me obliga.
No voy a ser un simple "hola" y "adiós" por la calle, ni siquiera "dos besos" un sábado por la noche.
Me convertiré en tu necesidad y tu vicio; seré ese dolor cuando te dé un beso de buenos días y nunca más me vuelvas a ver. Me trasladaré al lado opuesto de la línea y seré la risa entre cada lágrima que tú sueltes.
Seré aquella caricia suave y aquel beso profundo que nunca jamás repetirás, seré ese cálido suspiro en tu oído y ese dedo que te calla la boca.

Aunque no, todo acabará cuando deje que la tinta descanse y mi cabeza vuelva de entre las nubes a ese común y cotidiano respirar. Ya lo sé, nunca me atreveré a ser esa persona que quiero.
O si, quién sabe.
Tú, no.


"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."