martes, 16 de agosto de 2011

Sin título, no sabría cuál ponerle...

Estoy demasiado acostumbrada a sufrir, a dejarme llevar, a darlo todo por hecho y a decir que todo será mejor… Ten claro ante todo que soy una testaruda como la que más, que no me doy por vencida a la primera de cambio, pero que sobre todo me vestiré nuevamente de Atlas.
Y todo para que, como te lo dijera bajo la luz naranja de la típica farola de calle, ese mundo de cristal no se rompa. Aunque esté oscuro, lo guardaré en mi mochila marrón, e iré hasta la Osa Mayor si hace falta para traerte esa luz que necesitas para poder respirar. Guardaré ese planeta en un mar transparente y cuadrado a forma de pecera para tenerlo vigilado en todo momento.
Sólo me queda decirte que mi mundo está hecho de cristal blindado, duro, pero que a pesar de ello tiene un punto débil. Si por algo se descubriese todo se podría caer, y ya nada, ni el mítico Super Glue que todo lo pega sería capaz de arreglarlo. Aunque yo sea ese Atlas indestructible, también tengo mi talón de Aquiles, y en cualquier momento podría darse a conocer.
No soy de piedra, lo sabes, y necesito saber que estás ahí, que hay algo en lo que poder agarrarme cuando me caiga desde la terraza de mi cuarto piso. Únicamente necesito un poco de ese te quiero, una pequeña porción día a día, como una rutina, una acertada rutina. Te doy, te dí y te daré millones de ellos diariamente, pero hazlo por mí, no soy tan fuerte como había creído. Necesito tener a alguien ahí, a algo que me recuerde que no sigo en un sueño que acabará con las primeras gotas de lluvia del otoño. Que nada de esto terminará cayendo como las hojas de los árboles… También te has dado cuenta de que soy demasiado, digamos, especial para todo esto, que lo doy todo aunque a veces parezca nada. Dime, alienta mis ganas de más, diciendo que lo sientes, que lo harías tú también.
Creo que llevo demasiado tiempo anhelando una compensación por todo lo que me ha ocurrido, por todo lo sufrido, por todo en general.
Acuérdate de esos tres caminos: el de los ricos que ninguno de nosotros podrá escoger, el fácil que simplemente es acabar con todo y no esforzarse, y un tercero que sería el más correcto, en el cual todo se basa en apartar troncos del medio, saltar vayas, lastimarse, pero finalmente tener éxito.

"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."