viernes, 6 de mayo de 2011

Las míticas mariposas de mi estómago han muerto por falta de oxigenación. Ahora me provocan continuos vómitos en los que encuentro sus diminutas  alas donde está escrito tu nombre.
A pesar de mi apariencia de viernes noche lo único que haría sería inducirme en un coma etílico que me hiciera perder mi estúpida memoria a largo plazo.
Sustituir mis siniestralidades por un puñetazo a la pared, con el que poder romper definitivamente mi mano contaminada por tu olor.

"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."
Me perdí en tus abrazos vacíos, en tus besos sin sabor, en tus caricias ásperas... Me asustaste por detrás peinando mi pelo con tus finos dedos, y me susurraste un "te quiero" que resultó ser una tergiversación de los hechos.
Las minucias que ha dejado el pasado volarán con el soplo de la madre tierra, y así dejarán desnudos los árboles que han crecido con mis lágrimas. Los he vacunado contra la tristeza, pero no contra el recuerdo... Mis pensamientos los están matando..


"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."
Ese mundo cuadrangularmente perfecto se ha convertido en una jaula de cristal opaco, que no me deja ver el universo donde debería haber volado.

Ahora deambulo por la vida como un alma en pena, ligera pero a la vez que se siente pesada, porque todo se ha derrumbado sobre su cabeza.
¿Mi meta? Sumergirme en las letras y aislarme en mi habitación poco insonorizada.
Cuando llueva me convertiré en una masa sin huesos que se arrastra por una acera mojada. Ya nada será lo mismo, ni yo volveré al pasado, ni mi futuro será como lo había imaginado.
Si solo pudiera pedir un deseo, eses sería un botón para viajar en el tiempo. Y así poder volver a empezar o trasladarme un año en adelante, y de ese modo poder estar lejos con alguien que no sabe quien soy.

"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."
Plof... Un avión acaba de caer en un mar rodeado de tierra y ha provocado un tsunami huracanado, de vientos del nordeste...
Las 25 personas que en él viajaban han muerto, yo estaba entre ellas. Las 24 restantes eran simples marionetas de la rutina.
Los brazos del Atlas se han roto, el tiempo lo ha envejecido y sus músculos se han desgastado. El mundo que ha estado aguantando finalmente flota en un mar de lágrimas, contaminadas por una marea negra que lleva tu firma.
Y ese mundo tiñe sus vivos colores de desesperación y agonía, mientras sus diminutos e insignificantes habitantes mutan en vanidosos y mezquinos animales, en fantasmas de lo que una vez fuiste tú.


"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer..."