lunes, 29 de julio de 2013

Teletransportación

Cierro los ojos, en este instante todo lo que tiene que ver con el exterior de mi mente no existe.
Una sensación de vacío inunda mis pulmones. Poco a poco mi piel se eriza, desde los dedos de los pies hasta la cabeza.
Te pienso y mi cabeza empieza a imaginarte. En las yemas de mis dedos siento como acaricio tus labios, y en mis labios siento tu piel.
Sin embargo, solo mis oídos escuchan te quieros callados. 
Al final siempre desapareces, el vacío de los pulmones invade mi cuerpo quemándome por dentro.
Abro los ojos y me acurruco como un niño, intento imaginarte. Pero esta vez no puedo evitar llorar al recordarte...

Mientras, escucho a lo lejos, en susurros: Te echo de menos