Venga, vamos, sonriámosle a la vida, a este tiempo loco causado por el cambio climático, al sol que me calienta mis pies permanentemente congelados.
Digamos que si tú eres feliz yo también lo soy, que si sonríes yo lloro de alegría.
¡Volvámonos locas, digamos que fue por culpa de la noche que todo lo confundió, que teníamos demasiado alcohol en nuestras venas por un chute fortuito de adrenalina!
Pongámonos unos tacones altos para poder alcanzar la estantería donde dejamos una vez nuestra inocencia y recuperémosla, volvamos a comportarnos como niñas de diez años en un cuerpo de una de diecisiete.
Pintemos las calles de violeta y azul, dejemos nuestras manos en todas las esquinas de piedra, y después revolquémonos en nuestro "carpe diem" recordando todos esos enfados estúpidos de los que nos estamos riendo a carcajadas.
Gritemos al universo que somos libres, impertinentes, locas, extravagantes... ¡Gritémosle al infinito que somo humanas!