miércoles, 6 de julio de 2011

Ojalá todo fuera más fácil, ojalá no existiera la palabra tristeza.
Ojalá no existiera la sociedad, una masa que se mueve por lo que piensa un individuo.
Ojalá lo entendieran, ojalá pueda arreglarlo.
Ojalá esas lágrimas no cayeran por esa cara de ángel negro que te representa.
Ojalá tu pelo ondee al viento sin importarte nada, con una sonrisa en la cara que ilumine todo.
Ojalá el aire que respiramos sea eterno, y la música que suena en mis oídos haga que todo vuelva a nacer.



Sólo dime algo y lo haré sin dudar, sólo por no ver que se desperdicia tanta felicidad por un puñado de tonterías.
Mírate en un espejo y quítate la venda que tanto llevas sujetando con los últimos resquicios de una esperanza ya perdida, mira la realidad y abre los ojos a un mundo lleno de ilusiones y oportunidades, tantas para una persona que vale su peso en oro.

Aún cayendo mil veces, levántate mil y una, aunque tropieces con la misma piedra una y otra vez, aprende de todos los errores cometidos y también de lo que has hecho bien.

Observa tu vida como un tren, cada cosa, cada persona, cada momento sólo es una parada en el medio del camino, al final todo se resume en una palabra, y esa eres tú, lo único que te debe importar, ser egoísta nunca sonó tan bien.

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