lunes, 18 de abril de 2011

14-4-2011

No sé que me pasa, que nada pasa por mi mente. Se repite una y otra vez como esas melosas y empalagosas canciones de pop que siempre hablan de amores imposibles y de un feliz final.

En este instante mi inspiración está vacía, se esfumó hace varios meses a causa de un Don Nadie. Creo que me dijo que iba a tomar un café y a comprar tabaco, pero resulta que desde aquella no pasa, como lo hacía antes, caminando como un fantasma por delante de mi ventana en los días lluviosos que tanto adoran mi pluma y mi papel.

Estimado señor, mi maduración está aún demasiado al final de mi camino empedrado, que aunque parece firme resbala y me puede hacer caer.


Mi Venus de Velázquez está prisionera de la tramposa sonrisa de la Monalisa y del mareante campo de trigo con cipreses del loco pintor sin una oreja. Al igual que ella, yo me encuentro entre dos mundos paralelos que nunca se encontrarán y que me mantiene en una burbuja constante de contaminación acústica que hace que mi cuerpo se destruya por dentro haciendo que mi cerebro deje de funcionar, tirando la coherencia y la cohesión de mi vida por la ventana de un 8º piso.
La dulce verdad que me reconstruye es que nada ni nadie tiene sentido en este universo finito donde el consumismo es el sistema político y la ignorancia nuestra ideología que ha conquistado el mundo. Así pues, estas palabras desordenadas por un estornudo casual, para mí lo dicen todo aunque seguramente para esos animales guiados por las masas estas solo sean palabras escritas por una niña que se aburre demasiado....

"Pode que só sexa unha rapaza con moito tempo de lecer"

No hay comentarios:

Publicar un comentario